Diputado de ultramar Edward Cruz, recuerda el legado de Orlando Jorge Mera.
Por Edward Cruz
DIARIO ULTRAMAR, MIAMI, Florida.- Hace 3 años que desapareciste y como ese día hoy continúo incrédulo ante la realidad de tu partida. Una extrema tristeza embarga nuestra alma al recordar ese fatídico día en el que nos enteramos de lo sucedido, el revivir la inmensa rabia de impotencia ante una realidad que no podía controlar ni cambiar.
¿Por qué tú, por qué un individuo como tú que eras la imagen personificada del consenso y la búsqueda pacífica de soluciones a los problemas?. ¿Por qué tú, a quien todos los que te conocimos te definimos como el conciliador?.
¿Cuántas llamadas recibiste de mi como delegado político del partido ante la JCE, expresando mi preocupación sobre la integridad de los procesos en el 2016 y 2020?, y siempre con tu voz pausada me calmabas, yo con mi ímpetu y tú con tu paciencia… y al final, al ver los resultados salían como tú predecías.
La forma vil de tu partida ha dimensionado tu sublime presencia, partiste como parten los grandes, callados a la fuerza porque solo la violencia podría detener la fuerza de tus principios.

Hoy no estás, no porque un ignorante pensó que la violencia era la solución a su problema, hoy no estás simplemente porque tú rectitud y valores estuvieron por encima hasta de la amistad; aún con lo que conlleva extrañarte, le doy gracias a Dios por la oportunidad no solo de conocerte, sino de que hayas sido tú el rostro de demostrar a muchas personas que no es cierto que todos los políticos son corruptos, porque de haberlo sido hoy estarías con nosotros.

Gracias hermano por darme el honor de haberte podido entrevistar en mi programa, pero más aún por honrarme al invitarme al tuyo, por los consejos, simplemente por haber existido, te extrañamos, pero también te recordamos con una sonrisa y grado de alegría al saber que desde arriba estás orgulloso al ver que sembraste en tierra fértil y que tu hijo sigue los pasos que tú le trazaste de rectitud moral.
Sigues presente en nuestros corazones.